martes, 7 de septiembre de 2010

Gracias

Hoy he estado chateando un rato con una buena amiga, un rato corto, la verdad.


     He recordado nuevamente,  y con cierta añoranza, el tiempo en que podía hablar de casi cualquier cosa, no es que ahora no pueda... es que ha habido un tiempo en que mi vida ha quedado como suspendida.(Supongo que esto le pasa a mucha gente, más bien lo espero, me sentiría algo tonta si no.)
     Hace poco descubrí que podía volver a sentarme y hablar de cosas normales con otras personas, y puede que suene divertido o tonto, pero en mi situación no lo es, a mi me provoca una sonrisa, por que había olvidado lo que es comentar algo y poder estar en  toda la conversación.
     Tengo dos niños y cada dos minutos, a veces cada 15, me reclamaban para ver un dibujo, para ayudarme a barrer o simplemente para saber donde estaba (lo hemos vivido todos los padres en general y las madres en particular), cada vez que tenía algo de tiempo para mi, lo dedicaba a la casa, los recados (eso que te puede tener meses moviéndote, ya sea yendo a la caja a preguntar sobre el extracto de aquel recibo, o haciendo cola en la panadería o comprando un paquete de plastilina ) o a pensar en qué ocupar esos diez minutos que se te quedan colgando entre hacer la comida y recoger a los niños del colegio (por que, como dije ayer, no tengo un trabajo fuera de casa todo el año), el resultado es que me he vuelto incapaz de sentarme diez minutos a hacer nada o simplemente escuchar una canción (ver películas, series y leer ha quedado restringido al horario de sueño de los niños, claro, así como... ¿internet? como mucho diez minutos diarios) mi cabeza tiene que estar continuamente ocupada con algo, plancho viendo series o películas y bailo mientras friego los platos. Y ahora, por fin, me he animado a volver a poner mis pensamientos por escrito, por que ya me estoy relajando, ya no soy sólo una madre, una fregona, una administrativa sin título ni una recadera por que "tú tienes tiempo, como no trabajas..." sigo haciendo todas esas cosas, y más, pero parece que ahora me cunde más , por que cada vez hago más cosas y mejor.
     Y todo esto viene por que me siento bien, por que empiezo otra vez a intentar expresar esas opiniones que muchas veces se cortaban con un "mamá, mira" y para las que no tenía palabras por que había momentos en los que no sabía hablar más que con niños.
    Así que quiero dar las gracias a todos aquellos amigos; viejos y nuevos, pertenecientes o no a mi familia; por estar, regresar y aparecer en mi vida en el momento en que me vuelvo a sentir una persona individual. ¿Es esto una nueva adolescencia?¿la crisis de los treinta y siete?.

1 comentario: