viernes, 26 de noviembre de 2010

Enfadada.

     Y parece que últimamente sólo tenga motivos para enfadarme, y no es así, pero de las cosas bonitas, la mayoría de las veces, uno no necesita escribir.
     Hoy es por las libertades. Las libertades individuales. Aquello de: mi libertad empieza cuando acaba la del otro. Parece que lo estamos perdiendo. Mi libertad se acaba cuando lo decide " el estado" o cuando alguien con un mínimo de autoridad sobre algunos individuos decide que la tiene sobre todos los demás y sobre todo lo demás. A saber: cuando un grupo de educadores decide que los niños deberán traer un día determinado a la semana una pieza de fruta. Creo que un grupo de educadores no debe decidir qué deben poner los padres para desayunar a sus hijos desde su casa (otra cosa sería que el grupo de educadores pusiera el desayuno). La iniciativa, como sugerencia, me parece buena, creo que muchos padres a nivel de padres y de personas, necesitan/amos algunas charlas sobre la correcta alimentación, y me parece muy bien que se pida a los padres colaboración para que los niños estén bien alimentados, pero que te "obliguen" a ponerles una vez a la semana algo determinado no me parece bien, no todos tenemos las mismas costumbres en casa y cada uno tiene sus gustos en cuanto a alimentación.
     Llevo muchos días pensando en esto, y se me han dado razones para llevar esa pieza de fruta (que me parece correcto desde el principio llevarla)y lo hago, aunque he estado tentada de poner bocadillos dobles de nocilla ese día y fruta los otros cuatro para demostrar que puedo hacer lo que quiera y alimentar bien a mis hijos al mismo tiempo. Me tengo que callar ante el equipo educativo para no llamar la atención sobre mis hijos en puntos que no debo hacerlo y para que ellos no se sientan más diferentes de lo que ya son no lo discuto delante de ellos de manera muy evidente ni acaloradamente. Pero como esta no paso ni una más (espero). Luego querrían obligarnos a que no les pusiéramos azúcar y luego nos quitarían los embutidos y los batidos y luego vendría un/a trabajador/a de los servicios sociales a revisar nuestra nevera y despensa para ver qué les damos a nuestros hijos y algún día nos obligarían a hacer un menú y a seguirlo estrictamente al pie de la letra y algunos sanitarios dirán que es para rebajar los gastos de la seguridad social (caso del tabaco y de la prohibición de la venta de bollería en los centros educativos). Así que olvidaos de disfrutar comiendo, de buenas a primeras, luego seguirán más cosas, el tipo de tejido de la ropa, el tamaño de las mangas, de las perneras de los pantalones y la longitud de la falda...y todo por el bien de aquellos que no saben hacer las cosas por si mismos, pero al final para controlar a toda la sociedad (quimonos de color azul o trajes de color gris para todos)... ¿os habéis leído "un mundo feliz"?.
     Está muy bien que se prohíban las cosas que transgreden los limites de la libertad común, pero nos estamos quedando sin la capacidad de decisión propia, para bien y para mal, no necesitamos tener respeto, ya nos imponen una forma de actuar, estará legislado cómo tratar a todo el mundo y así nadie se sentirá diferente , pero tampoco individuo, por que el pensamiento libre sólo es posible cuando tienes libertad de acción y sólo puedes elegir cuando hay opciones. Imaginaos que todos tuviéramos que poner el pie derecho en el suelo al levantarnos, siempre el derecho y que no pudiéramos poner el pie izquierdo. Si lo hiciéramos todos, siempre, llegaríamos a creer que esa es la única manera de levantarse, pero tenemos dos pies, sólo que la mayoría de las personas no sería consciente de la posibilidad.
     La sociedad nos está convirtiendo, cada vez más, en un rebaño de borregos.

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